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Las hierbas medicinales, según cómo han de utilizarse, y el fin a que se destinan,
han de prepararse de modos diversos,
bien como infusiones, cataplasmas, tinturas, etc.
A continuación detallamos cuáles son las distintas formas de aplicación de las hierbas medicinales y cómo prepararlas.
Aplicaciones Externas
Algunas hierbas se aplican sobre la piel o las heridas a fin de que sus aceites volátiles penetren en los tejidos, estimulándolos. Estas partes de las hierbas se lavan y se colocan sobre la piel en una sola capa. Se dejan unos 15 ó 20 minutos, se retiran y se repite la operación con más plantas frescas.
Baños
Los baños curativos pueden ser de tronco, de asiento, de pies o de chorro de agua.
Para conseguir el buen resultado de los baños, es necesario que el cuerpo, después del baño, entre en calor.
Para lograr esta reacción el cuerpo ha de poseer calor suficiente antes del baño, que no se aplicará mientras esté frío. Por lo común, en ]a mañana, al levantarse, el cuerpo está bastante caliente para reaccionar bien. También son útiles los ejercicios gimnásticos o un paseo antes del baño.
Nunca hay que confundir un paseo más o menos rápido con la práctica del footing, que solamente deben practicar las personas que hayan consultado con un experto sobre la conveniencia o no de practicarlo.
Si después del baño la piel no se calienta de nuevo y el paciente siente frío, es señal de que no se ha producido la reacción, en cuyo caso es necesario hacer ejercicio o acostarse y abrigarse hasta que se produzca la reacción de calor.
Cuanto más frío sea el baño menor será su duración, y cuanto más extensa sea la zona corporal a bañar, menos fría deberá estar el agua. Por esto, el baño de tronco, en el que gran parte del cuerpo está en el agua, ha de ser un poco tibio.
La ducha fría, por ejemplo, en el que el cuerpo está todo el tiempo en contacto con el agua, durará solamente un minuto a lo sumo, pues absorbe excesivo calor.
Tras una comida es necesario aguardar unas tres horas antes de tomar un baño. Y después, no hay que comer nada hasta transcurrida una media hora. Cuando el ambiente esté frío, es conveniente mantener el cuarto de baño templado.
Los baños son procesos curativos que ejercen una acción profunda en las órganos corporales.
Generalmente, activan la circulación sanguínea, ayudando en su tarea al corazón. Aumentan los glóbulos rojos de la sangre, para combatir la anemia. Descongestionan los pulmones y el cerebro. Eliminan las sustancias perjudiciales para la piel y los riñones. Moderan la fiebre, si la hay y es muy elevada.
El baño activa la circulación de la sangre en el sistema sexual, aumentando de esta manera las secreciones internas de estos órganos, lo que conduce a un aumento de vitalidad.
Compresas
Las compresas vegetales ejercen el mismo efecto que los ungüentos, aunque poseen la ventaja de la acción curativa del calor.
Para preparar una compresa se ponen unos dos puñados de la hierba a aplicar en una taza de agua hervida.
Se empapa una tela con el liquido filtrado y después de exprimir el sobrante del liquido se coloca la tela sobre la parte afectada del cuerpo, bien caliente, cubriendo con otro pedazo de tela (lana, a ser posible). Se retira la compresa al enfriarse y esta operación puede repetirse dos o tres veces más.
De ser posible, el tejido que interviene en el proceso debe estar debidamente esterilizado.
Decocciones
Suelen hacerse con hierbas o plantas cuyos principios medicinales no se desprenden con facilidad.
En una olla o cacerola esmaltada o de acero, se echa un puñado de hierba seca (o frescas según el caso) con, aproximadamente, un tazón de agua, y se hierve durante tres minutos, a fuego moderado.
Seguidamente se cuela y puede endulzarse con miel.
Infusiones
Es la manera más corriente y sencilla de preparar una hierba medicinal; normalmente, también la más empleada.
Para preparar una infusión, se debe poner un puñado o puñadito de la hierba seca (en ocasiones fresca) en una taza previamente calentada, y acto seguido se llena de agua hirviendo.
Se tapa la taza y se deja en reposo de cinco a diez minutos, para que el agua absorba los principios medicamentosos.
Puede endulzarse con miel, en la justa proporción, siempre preferible al azúcar.
Jarabes
Se vierten 100 gr. de hierbas frescas o secas, según el caso, en un litro de agua.
Se hierve un minuto y sé deja que la mezcla repose 2 ó 3 días. Después se exprime y se filtra, añadiendo azúcar de caña, a razón de medio kilo por litro de agua.
Los jarabes están indicados contra las dolencias de carácter bronquial o catarral.
Mezclas
Para preparar la mezcla o combinación de hierbas, existen unas reglas fijas. Naturalmente, para conseguir una mezcla de hierbas destinada a curar o aliviar las dolencias de órganos diversos a la vez, o al menos a lograr que la curación de una enfermedad no incida desfavorablemente sobre otra cualquier parte del organismo, es preferible recurrir a los herbolarios.
Cada fórmula de dichas mezclas incluye la hierba básica y específica para la curación de la enfermedad de que se trate, más el o los coadyuvantes reforzantes, y a veces un correctivo del sabor de alguna de las hierbas componentes de la mezcla.
Tinturas
Una tintura es una solución alcohólica que contiene principios activos de plantas y hierbas. Generalmente se prepara por maceración o filtrado y suele usarse en masajes, fricciones y demás aplicaciones de uso externo.
Tisanas
Las plantas y hierbas que contienen un alto contenido de mucílago y aceites volátiles se preparan en agua fría, poniendo la cantidad de hierbas secas recetada por el naturópata, generalmente en una taza de agua fría y se deja reposar unas doce horas a la temperatura ambiente.
Después, se calienta levemente, se filtra y, si se desea, se endulza con miel.
Tónicos
Las plantas frescas extraídas en tónicos sirven como tales y como remedios curativos. Normalmente, se sumerge una cantidad determinada de hierbas frescas o secas en mosto de uvas de buena calidad, se cuela y embotella, y se toma un vasito tres veces al día, media hora antes de las comidas.
Ungüentos
Los principios activos de las plantas actúan sobre la piel, aplicados en forma de ungüentos, durante periodos de tiempo más bien prolongados, acelerando, por ejemplo, una cicatrización o inhibiendo los derrames. Se ponen a hervir hierbas en vaselina neutra por las cantidades que se determinen. La mezcla se filtra y, ya fría, se guarda el ungüento en frascos de cierre hermético.
Vahos
Los vahos son útiles para curar un resfriado o un catarro respiratorio. También lo son en casos de sinusitis.
Para su uso se pone una cantidad de hierba en una cacerola esmaltada (nunca metálica), con un poco de agua, y tras dos minutos de ebullición se retira del fuego. Se aplica el rostro sobre el vapor que se desprende de la cacerola a fin de absorberlo por las fosas nasales y por todos los poros, hasta que arranque el sudor, copioso, casi insoportable.
Este tratamiento debe prolongarse por espacio de diez minutos, con la cabeza completamente tapada con una toalla de baño o una frazada, a fin de reducir la pérdida de vapor. Después se puede lavar la cabeza con agua fría, siendo recomendable acostarse acto seguido, al menos durante media hora.
Zumos
Las plantas frescas pueden exprimirse, bien a mano o mecánicamente.
El método más usado consiste en extraer el jugo de la planta o fruto a emplear. Estos zumos son muy ricos en vitaminas y sales minerales, aunque no se conservan largo tiempo por lo que, a ser posible, deben consumirse al momento de prepararlos.
Para utilizarlos hay que diluir una cucharada del jugo en dos o tres de agua, tomándolos tres o cuatro veces al día, en ayunas o media hora antes de las comidas.
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