ORIGEN: http://www.cfidsselfhelp.org/library/15-mejorar-las-relaciones-y-construir-el-apoyo
La enfermedad crónica crea estreses para la mayoría de las relaciones. Se ven alteradas las relaciones con los familiares, amigos, colegas y jefes e incluso con los médicos de forma que sugiere que el área relacional es otra en la que los límites impuestos por la enfermedad pueden crear nuevos desafíos, tanto para los pacientes, como para los que les rodean. Este capítulo da una idea general de ocho frustraciones comunes en las relaciones con las que se enfrentan las personas con SFC y fibromialgia y sugiere estrategias para arreglárselas con estas.
Frustraciones y soluciones
Sentirse no comprendido
La frustración relacional más común quizás es no sentirse comprendido o creído cuando decimos que estamos enfermos. Ya que SFC y fibromialgia son enfermedades invisibles, a veces tenemos problemas para convencer a los demás de que estamos enfermos y que, de hecho, tenemos una enfermedad seria. Puede que algunas personas nos respondan con declaraciones como "Pero tienes tan buen aspecto" o "Yo también me canso." Puede que nos den consejos bien intencionados, pero no solicitados. Resumiendo, conseguir que otros comprendan y acepten nuestra situación puede ser todo un desafío.
Parte de no sentirse comprendido puede deberse a una pobre comunicación. Para ideas sobre arreglárselas con esta frustración, mirar la sección titulada "Improvisar la comunicación" más tarde en este capítulo.
Además de trabajar para mejorar la comunicación sugiero que consideres emplear diferentes estrategias con diferentes personas. Algunas personas que frecuentas quizás no comprenden tu situación médica. Por ejemplo, si quieres utilizar una silla de ruedas eléctrica en el supermercado lo más probable es que sea suficiente que preguntes si hay alguna disponible sin tener que explicar tu situación médica. Si alguien te pide que seas voluntario, puede bastar con que digas que tu situación no te permite ayudar en ese momento.
Los amigos están en una categoría diferente. Los pacientes con SFC y FM a veces tienen éxito educando a los demás sobre su enfermedad, pero la mayoría limita sus esfuerzos. Si piensas que hablar a los demás sobre tu enfermedad les ayudaría a ser más comprensivos y alentadores, podrías hablarles o darles algo para leer. La CFIDS Association of America tiene un tríptico en inglés titulado "Para los que cuidan" ("For Those Who Care"), disponible para ellos que se puede bajar de su web: http://www.cfids.org/ . La Arthritis Foundation tiene un folleto similar para la fibromialgia.
Los pacientes que han intentado educar a las personas en su vida informan que este abordaje muchas veces requiere paciencia y no siempre tiene éxito. A veces han tenido respuestas positivas, pero también han concluido que algunas personas jamás comprenderán o tendrán simpatía. Como dijo una persona en nuestro programa "Al principio de enfermar intenté educar a todo el mundo sobre el SFC. Con el tiempo vi que algunas relaciones eran más centrales en mi vida que otras. También he concluido que algunas personas quizás jamás lleguen a comprender. Sigo esforzándome para educar, pero soy más selectiva respecto a quien aborde y he aceptado que algunas posiblemente jamás comprenderán."
Con los profesionales médicos la situación es diferente. Es razonable que esperes que tus médicos crean que tu enfermedad es real, sepan sobre tu enfermedad o muestren voluntad para aprender sobre ella y que te traten con respecto. Para sugestiones sobre cómo conseguir cuidado médico comprensivo y simpático, mirar el Capítulo 5.
Hablando de la familia sugiero que pienses en superar cualquier falta del conocimiento como un proyecto a largo plazo. Algunas personas en nuestros grupos han dicho tener más empatía hacía las dificultades de los demás después de preguntarse a si mismo qué entendían de SFC o FM antes de tenerlo. Tal y como nosotros necesitamos tiempo para comprender y adaptarnos a nuestra enfermedad, los demás necesitan tiempo para entender por lo que pasamos y para averiguar las implicaciones en nuestras vidas. Una persona en nuestro programa que quería educar a su esposo e hijos sobre el SFC entregó a su marido y a sus hijos adultos el folleto de la CFIDS Association mencionado arriba y les pidió que lo leyesen como su regalo de cumpleaños. Informó que, uno por uno, desarrollaron comprensión sobre su enfermedad y límites, pero completar ese proceso les llevó un par de años.
Tu situación es diferente si tienes hijos en edad escolar. Si saben que estás enfermo, pero no comprenden tu enfermedad, pueden temer que morirás o culparse de tu sufrimiento. Si hablas con ellos de tu condición podrían cambiar los miedos por hechos. Considera utilizar los cuatro consejos que ofrece la Dra. Julie Silver. Sugiere que: 1) informa a tus hijos el nombre de tu enfermedad; 2) explícales algo de la enfermedad (por ejemplo que no es contagiosa ni culpa de nadie); 3) describe el curso esperado de la enfermedad (probablemente continuará, pero será manejable); y 4) dales una idea general de los efectos y les reasegures de tu compromiso hacía ellos (les sigues queriendo a pesar de estar enfermo, harás lo que puedas, aunque tu nivel de actividades esté limitado por la enfermedad).
Una estrategia final para reducir la frustración por no sentirse comprendido es crear nuevas fuentes de apoyo en tu vida, incluyendo por parte de otros pacientes. Mirar la sección al final del capítulo llamada "Construir el apoyo."
Presiones para que hagas demasiado
Debido a la falta de comprensión o por otras razones, puede que los demás te presionen por hacer más de lo que tu cuerpo pueda tolerar. Si te sientes enfermo y si dependes de los demás es mucho más difícil ser asertivo. A veces adoptamos como nuestras las expectativas de los demás y, al hacer demasiado, hacemos que nuestra situación sea más difícil. La culpabilidad por no estar tan activo como nosotros y los demás desean puede contribuir a que hagamos demasiado.
La presión por hacer más de lo que es sano puede cambiarse, tanto cambiando nuestras expectativas por nosotros mismos, como siendo asertivo con los demás. A menudo nos imponemos expectativas inalcanzables. Un enfoque para superar esta dificultad es definir nuestros límites, como descrito en el capítulo sobre los niveles de energía, y luego aprender gradualmente a vivir con ellos, como explicado en el capítulo sobre el acompasamiento. Las adaptaciones son tanto mentales, como físicas. Como describe la sección "Ajustes mentales" del Capítulo 13, necesitamos redefinir nuestras propias expectativas, adaptándolas a nuestros nuevos límites. Asimismo podemos sacar provecho de los ajustes de las actividades, como he descrito en el Capítulo 10. Estos cambios pueden ser hacer actividades a ratos cortos, repartir la actividad a lo largo de toda la semana e integrar el descanso en nuestras vidas.
Asertividad significa marcarse límites seguros para uno mismo y luego comunicarlos a los demás. Aclara para ti y para los demás las consecuencias de intentar cumplir tus viejas expectativas: intensificación de los síntomas y retraso de la mejoría. Intenta ser lo más específico posible cuando pides ayuda a otras personas. Podrías pedir, por ejemplo, que alguien haga tus compras, haga una llamada de teléfono o te lleve en coche a una cita médica.
Ser asertivo puede ser difícil si te sientes dependiente o si tienes miedo de ser abandonado. Si es tu caso puede ayudar si practicas diciendo tu petición, al decírtelo a ti misma o a alguien en quien confías antes de hacerla a la persona cuya ayuda precisas. Cuando presentas tu petición puede ser útil que reconozcas comprender la situación de la persona. Podrías decir algo como "Sé que mi enfermedad hace tu vida más difícil y que algunas cosas que digo y hago pueden ser frustrantes."
Una estudiante en nuestros grupos consiguió comunicar sus límites a su familia utilizando una escala de 1 a 10. En su sistema, 1 significaba "tan bueno como estaba antes de enfermar" y un 10 tener que quedar en cama todo el día. Cuando su familia le pide de hacer algo o de ir a algún sitio puede responder diciendo "No, no puedo; hoy es un día 7." Pudo comprobar que esta práctica ayuda a que su familia comprenda su situación y que ella misma acompasara. He aquí otras ideas sobre el marcarse límites de personas de nuestro programa.
Marcar límites y respetarlos son grandes retos para mí. Durante años tenía tatuado en la frente la palabra "Bienvenido", como si fuese el felpudo.
Cuando amigos o familiares me piden ir a su casa para hacer algo, soy honrada conmigo misma y rechazo este tipo de invitaciones cuando sé que no estoy para ciertas actividades. Solo doy una simple explicación "podría ser demasiado para mi hoy" o "no estoy en estado para hacerlo en estos momentos" y me olvido de ello. He comprobado que, para ambas partes es mucho mejor que diga la verdad en vez de aceptar la invitación por sentirme culpable y luego sufrir por ello.
La pérdida de relaciones
Con una enfermedad seria tienes menos energía para todo, incluyendo para las relaciones. Este hecho básico sobre el SFC y la fibromialgia hace que sea probable que ciertas relaciones cambien o incluso terminen. Esto es otro ejemplo de como los límites impuestos por la enfermedad nos obligan a ser selectivos respecto qué podemos hacer y a marcarnos prioridades. Sugiero que, ante los límites, hagas selección de relaciones ("relationship triage"): un proceso conciente y deliberado que consiste en tomar explícitas decisiones respecto a quienes incluyes en tu red de apoyo, concentrándote en las relaciones más valiosas o necesarias y dejando que otras se vayan.
Un buen motivo para empezar a evaluar tu red de apoyo es el hecho que el SFC y la fibromialgia pueden hacerte más vulnerable a la gente negativa o exigente. El coste de gastar tiempo con este tipo de personas puede ser bastante grande para convencerte que se deben limitar las relaciones con algunas personas y que no vale la pena mantener las relaciones con otras personas.
Piensa en tus relaciones como una serie de aros concéntricos. En este esquema el aro interno contiene las personas más importantes en tu vida, típicamente la familia y los amigos más íntimos. Las personas del aro externo son los conocidos informales. En el medio habrá uno o dos círculos más de gente con varios niveles de importancia. Puedes abordar diferentemente a las personas de los distintos aros, concentrándote en las del aro interno. Las relaciones de los anillos exteriores pueden ser más fáciles de soltar.
El abordaje que se sugiere lo resume el Dr. David Spiegel of Stanford, quien escribe como sigue sobre las relaciones y las enfermedades crónicas: "Ahorra tu energía y utiliza la enfermedad como excusa para desconectarte de las obligaciones sociales no deseadas. Simplifica las relaciones que son necesarias pero no gratificantes, y elimina las que no son ni necesarias ni tampoco gratificantes."
He aquí algunos ejemplos de selección de relaciones de gente en nuestro programa.
He hecho mucho más pequeño mi círculo de amigos. He excluido a personas con las que notaba que tenía una relación de amistad en una sola dirección. Fue difícil dejarlas ir porque antes valoraba muchísimo mi amistad con ellas, pero he decidido que tengo que ponerme en primer lugar, y esto es un nuevo concepto para mi.
Intento limitar el contacto con personas hiperactivas, negativas, escépticas y exigentes.
Algunas relaciones simplemente son demasiado caras para mí y tengo que dejar que se vayan. Si la persona me causa mucho estrés, si no intenta comprender mi enfermedad o simplemente saca más de la relación de lo que da, no puedo continuar ponerle energía como antes. Si esta persona es de la familia he aprendido apartarme al máximo, pero quizás no es posible cortar por completo.
En una época de pérdida es especialmente útil que crees nuevas relaciones, especialmente con personas que comprenden por lo que estás pasando. Conocer a otros pacientes con la misma enfermedad puede ayudar especialmente. Para ideas sobre cómo crear nuevas relaciones y reforzar las viejas, mirar la sección titulada "Construir el apoyo" más adelante en el capítulo.
Otra estrategia para responder a los límites y a la pérdida de relaciones es aceptar la soledad. La enfermedad seria a menudo obliga a la gente a pasar mucho más tiempo a solas que antes. Aunque algunos opinan que la soledad es espantosa o aburrida, la enfermedad puede brindarte la oportunidad de desarrollar nuevos intereses solitarios. Algunos pacientes, reconociendo que pasarán menos tiempo entre la gente, han aprovechado la situación como posibilidad para hacer cosas como lectura y manualidades para las que antes no tenían bastante tiempo. Mirar, por ejemplo, el artículo de JoWynn Johns "Elogio a la Soledad" ("In Praise of Solitude") que está en nuestra web. Otros dos estudiantes en nuestro programa dijeron lo siguiente sobre tener más tiempo a solas debido a una enfermedad.
Realmente he comprobado que disfruto de la soledad. Nunca tenía tiempo para hacer las cosas que más me gustaban. Siempre iba corriendo y cuando finalmente tenía tiempo para hacer algo, estaba demasiado estresado para disfrutarlo.
Realmente disfruto de pasar mucho tiempo a solas. Después de muchos años de actividad y de socializar está genial tener tiempo para disfrutar de mis intereses intelectuales. Me gusta el lujo de no tener que apurar. Leo mucho, hago simples tareas domésticas, veo la TV y trabajo en mi pasatiempo de joyería. Esté genial no tener sobre los hombros el peso de la presión de ser productivo.
Sentirse no fiable
La impredecibilidad puede crear problemas de relación, porque puede que no confiamos en poder comprometernos o que nos veamos forzados de cancelar citas, a menudo en el último momento. El hecho de no ser fiable debido a los altibajos de la enfermedad incrementa nuestro estrés y genera frustración en los demás.
Puedes dar una respuesta positiva a este problema yendo hacía adelante en dos frentes. Primero, si aplicas las estrategias discutidas en el capítulo sobre el acompasamiento podrás suavizar la montaña rusa de la enfermedad crónica porque habrá más predecibilidad en tu vida. El acompasamiento se basa en comprender tus límites y vivir en consistencia con ellos. El capítulo de los límites de energía ofrece varias maneras sobre cómo establecerlos. El capítulo del acompasamiento muestra como traducir esta comprensión en un estilo de vida más consistente y predecible, reduciendo así las veces que tienes que cancelar los compromisos sociales.
La segunda estrategia para arreglártelas con la impredecibilidad es la comunicación abierta. Las personas en nuestro programa han informado de éxitos al comentar su situación con familiares y amigos. Destacan la utilidad de expresar el valor que das a las relaciones, diciendo algo como "Disfruto reunirme contigo y me gustaría mantener nuestra amistad" y también de preparar a otros de posibles cancelaciones diciendo algo en el estilo de "Tengo una enfermedad con síntomas impredecibles que hace que sea menos fiable de lo que me gustaría."
Aislamiento
El tener una seria enfermedad lleva a menudo a una sensación de aislamiento. El aislamiento puede ser tanto físico, porque pasas más tiempo a solas, como psicológico, porque te sientes diferente del resto de las personas.
Una estrategia para responder al aislamiento es la aceptación. Si tienes SFC o fibromialgia moderado o severo es muy probable que tengas menos contactos sociales que antes y que en vez de ello pasas más tiempo a solas. Para ideas sobre darle un buen uso a la soledad, mirar la discusión de la soledad en la sección más arriba sobre la pérdida de las relaciones.
Al otro lado es posible que puedas reducir tu sentimiento de aislamiento si ajustas tu forma de socializar. Quizás puedes mantener vivas algunas relaciones si sustituyes las llamadas telefónicas o el contacto por email por reunirte en persona o ajustar la frecuencia o el tipo de las reuniones en persona. Por ejemplo, en vez de salir tú, puedes pedir que la gente te visite en tu casa. O te reúnes durante menos tiempo que antes, en sitios más tranquilos o con menos gente a la vez.
Una estrategia para arreglártelas con la sensación de sentirse diferente de los demás es construir amistad con otros pacientes, personas que te comprenden porque compartís una enfermedad. Para sugestiones sobre cómo conocer pacientes con SFC y fibromialgia, mirar la discusión de los grupos de apoyo y las clases en la sección sobre "Construir apoyo" más adelante en el capítulo.
Culpabilidad
La culpabilidad es una respuesta común al hecho de tener SFC o fibromialgia. Nos podemos sentir culpables por no ser capaces de ir a trabajar y por esto privar a nuestros familiares de un ingreso, o por no hacer tantas cosas en casa como hacías antes. Viviendo en una sociedad que enfatiza la productividad hace que sea común la culpabilidad por hacer menos que antes. Es apropiado que veas tu situación de manera realista. Si vives con otras personas tu enfermedad probablemente ha causado una redistribución de las responsabilidades en tu familia. Pero también ayuda si recuerdas que no has elegido por estar enfermo y que la enfermedad ha impuesto sus límites en lo que eres capaz de hacer.
La culpabilidad es una respuesta a las pérdidas impuestas por la enfermedad. (Para ideas sobre trabajar con pérdidas, mirar el siguiente capítulo) Puedes invertir el sentimiento de culpabilidad utilizándolo de forma positiva si lo usas como motivación para cuidarte bien. Las estrategias como el acompasamiento, descansar adecuadamente, tomar medicamentos y controlar el estrés te pueden ayudar a mejorar para contribuir de forma viable en casa.
Otra respuesta positiva a la culpabilidad es trabajar para mejorar la comunicación dentro de tu familia y, si trabajas, con tu jefe. Para algunas ideas, mirar la sección "Mejorar la comunicación" más adelante en este capítulo.
Finalmente hay que pensar en desarrollar nuevos intereses como se describe en la siguiente sección.
Sentirse innecesario
Si no somos tan activos como antes y si hay otros que asumen nuestros papeles anteriores, puede que nos sintamos prescindibles. No sentirse necesario es parte de la experiencia del pesar provocado por la pérdida. Aceptar la pérdida y seguir adelante construyendo una nueva vida es uno de los mayores desafíos de la enfermedad larga.
La enfermedad seria conlleva dolor y sufrimiento, pero también ofrece la oportunidad de reevaluar tu vida y de darle un nuevo papel. Algunos pacientes llegan a ver su enfermedad como un viaje espiritual. A menudo los estudiantes en nuestro programa dicen que, aunque no han elegido por estar enfermo, se consideran mejores personas gracias a ello. Estar enfermo te empuja a encontrar un nuevo sentido en respuesta a una situación de dolor y pérdida. Si desarrollamos una nueva auto-comprensión, nuevas relaciones y nuevas maneras para contribuir podemos responder positivamente al desafío de la pérdida. (Para una discusión más profunda mirar la sección "Crear una nueva vida" en el siguiente capítulo)
Sentirse dependiente de los demás
Nuestros límites pueden alimentar el miedo de volvernos dependientes de otras personas. Cuando ya no tenemos la energía y la independencia que alguna vez tuvimos, puede que temamos que, en el futuro, no seamos capaces de cuidarnos solos o que las personas de las que dependemos nos abandonen.
Una respuesta a estos miedos es someterlos a un control de realidad. La Fibromialgia no es una enfermedad progresiva y la mayoría de los pacientes mejora. Aunque es cierto que una cantidad relativamente pequeña de pacientes con SFC declina con el tiempo, los resultados más comunes son de mejoría o de síntomas estables.
Otras personas a menudo se sienten desamparadas cuando piensan en su enfermedad. Si les das algo específico por hacer, les haces un servicio a la vez que te ayudas a ti mismo. Pero también hay algunos peligros. Si recibes más ayuda de la que necesitas, esta puede reforzar la sensación de indefensión. Y pedir demasiado a una persona también puede llevar a que el cuidador se resienta y agote ("caregiver burnout"). Para ideas sobre cómo crear una ayuda sostenible, mirar la sección "Construir ayuda" más adelante en el capítulo.
Las personas están a menudo emocionadas si les pido ayuda de manera clara y práctica. Pero para mi es difícil decir qué necesito realmente sin imponerles expectativas comprometidas.
Mejorar la comunicación
Una enfermedad seria altera dramáticamente las circunstancias económicas de la mayoría de las familias, fuerza cambios radicales en la repartición de las tareas domésticas y reduce drásticamente la cantidad y el alcance de las actividades que la familia puede hacer conjuntamente. Si vives en una familia, un enfoque de curación relacional podría comenzar por reconocer a ti mismo y luego a los demás miembros de tu familia, cómo les afecta tu enfermedad y comportamiento.
Lo mismo que los pacientes, los miembros de la familia también pueden sentirse aislados e indefensos. Pueden experimentar pérdida porque, como tú, sus sueños pueden estar estancados por culpa de tu enfermedad. Y pueden sentirse abandonados o frustrados por las restricciones en sus vidas. La impredecibilidad de los síntomas y del ánimo puede afectar a los demás, porque es posible que cancelemos planes en el último momento o que respondamos con una emoción inapropiada.
Un paso adelante hacia suavizar las tensiones en sus relaciones es que reconozcas que tu enfermedad crea problemas para los demás. Tus síntomas y ánimo, por ejemplo, te pueden hacer impredecible, y tus límites pueden obligar a los demás a asumir responsabilidades adicionales. Expresa tu apreciación por sus esfuerzos. Reconoce que la enfermedad puede hacer que no seas fiable. Por respecto a las otras personas, procura avisar que es posible que tengas que anular con un plazo breve. Para ayudarte a mantener la relación con ellas cuéntalas que las valoras y que el hecho de cancelar un encuentro no significa que no las aprecias.
Asume la responsabilidad de los problemas que tu enfermedad crea a los demás. Por ejemplo, si tu enfermedad te hace ser temperamental, haz una lista de cosas que puedes hacer para sentirte mejor para evitar infligir tu humor a los demás. Cuando te sientes irritable quizás podrías escuchar música, salir a pasear o descansar un rato.
Comprobé que ayuda mucho que identifique mi parte en la mala comunicación o en un problema.
Hago tiempo para mi matrimonio. Comprobé que, incluso si estoy demasiado cansada para hacer algo juntos, simplemente hablar con mi esposo o sentarme al lado de él en vez de en otro sillón más lejos, y prestar atención a lo que el quiere decir, hace que nuestra relación es mucho más suave y feliz. El, a su vez, es mucho más atento a mis circunstancias y necesidades.
La mala comunicación crea frustración en todas las relaciones, no importa si se trata de familiares, amigos, compañeros de trabajo o médicos. Trabajar para mejorar la comunicación puede ayudar a mejorar la comprensión, a descubrir expectaciones irrealistas y a solucionar problemas de forma cooperativa. He aquí hay algunas sugestiones generales para lograr una buena comunicación. (Para ideas sobre trabajar de forma productiva con tus médicos, mirar el Capítulo 5.)
1. Elegir un buen momento. Escoge el momento para las conversaciones importantes, cuando tanto tú como la otra persona estáis lo mejor posible. Encuentra el momento cuando no te distrae el dolor o la niebla mental, y cuando la otra persona también puede prestar atención.
2. Se agradecido y respetuoso. Trata a la otra persona con respeto, reconoce su apoyo y su esfuerzo. Evita comentarios degradantes, sarcasmo y echar la culpa. Reconoce tu parte en los problemas compartidos. Un enfoque terapéutico puede empezar con apuntar tus límites y las cosas que tu haces que dificultan la vida de la otra persona. Muestra agradecimiento por los esfuerzos de los demás.
3. Practicar el solucionar problemas. Procura concentrarte en las dificultades causadas por tu enfermedad y no en personalizar los problemas. Piensa en "Quejas y soluciones." Cada persona describe una queja, y luego ambos os concentráis en qué se puede hacer para solucionar el problema. Trabaja solo en uno o dos problemas a la vez.
4. Comprueba tu comprensión. De vez en cuando tienes que comprobar si has comprendido la posición de la otra persona al repetirla en tus propias palabras. La buena comunicación depende de la comprensión de cada persona del punto de vista de la otra.
Construir apoyo
Ya que estar enfermo es tan difícil, sentirse comprendido y apoyado es como un bálsamo para el alma. Los estudiantes en nuestros grupos informan buscar contacto con otros pacientes y también valorar el apoyo y la amistad ofrecida por los demás. Crear nuevas relaciones, en especial con otros pacientes u otras personas empáticas, puede ser un potente antídoto para la frustración en las relaciones. Asimismo, hablar de tu enfermedad con amigos evita que sobrecargues a tu familia. Y el hecho de tener amistades con la misma enfermedad te puede dar la oportunidad de ayudar a los demás, lo que puede aumentar tu autoestima.
Una red de ayuda
Hablando de pensar cómo cubrir tus necesidades prácticas y emocionales, piensa en montar una red de personas que te pueden ayudar. La autora Devin Starlanyl sugiere que una red tiene que consistir de al menos cinco personas. Algunas pueden ofrecer ayuda práctica, como hacer la compra, limpiar la casa o llevarte en coche. Otras pueden ser compañeros para salir, como ir de restaurante o al cine. Otros más pueden ofrecer apoyo emocional escuchando y consolando. En cualquier caso es inteligente disponer de unas cuantas personas para satisfacer estas necesidades variadas, para que una o dos personas no se sientan agobiadas y quemadas.
Un confidente
Puede ser especialmente útil tener un/a confidente, persona en la que poder apoyarte para ayuda emocional y para un punto de vista objetivo de tu vida. Esta persona puede ser tu pareja, un buen amigo/a, otro paciente o un médico o terapeuta. Tuve la suerte de tener una amiga así. A primeros de mes nos reservamos algún tiempo para discutir cómo iba yo. Cada uno valorábamos mi estado con la Escala de Puntuación del Capítulo 1, y luego revisábamos mis diarios del mes anterior. Aprendí mucho de estas conversaciones, reconocía patronos que no era capaz de detectar yo solo. Igualmente importante era que estas reuniones me comunicaban que no estaba luchando a solas con mi enfermedad, sino que había alguien que se preocupaba por mí y me quería ayudar a mejorar. Y ella me dijo que las sesiones le ayudaron a sentirse útil, contrarrestaban la sensación de indefensión que a menudo experimentan las personas cercanas a la gente que está gravemente enferma.
Grupos de apoyo y clases
El contacto con otros pacientes puede contrarrestar el aislamiento y hacer que te sientas reconocido y apoyado. Ese contacto puede ser una manera para ser comprendido, reconfortado e inspirado. Los grupos de apoyo pueden proporcionar información como nombres de médicos locales que tratan SFC y fibromialgia. Los grupos también ofrecen la manera de ser útil, contrarrestando así la pérdida de auto-estima que a menudo es el resultado de una enfermedad. Y, finalmente, pueden ofrecer modelos para manejar con éxito la enfermedad, disipando así el miedo. Hay ahora experiencias similares disponibles en Internet, en salas de chat online y en foros de mensajes.
Unas palabras de aviso: aunque los grupos de apoyo pueden ser de mucha ayuda, no todos proporcionan una experiencia positiva. Algunos grupos tienen un tono negativo y refuerzan el sentimiento de victimismo. Algunos grupos son dominados por una o unas pocas personas. Otros grupos, no obstante, se concentran en responder positivamente a la enfermedad y se aseguran la participación de todos los miembros que quieren hablar.
Sugiero que evalúes tus experiencias en grupos basados en los efectos que tienen sobre ti. El contacto con otros pacientes, especialmente en grupo, puede ser muy poderoso. Cuando un contacto así es negativo puede reforzar el aislamiento y la sensación de tu condición de víctima. En un ambiente de apoyo puede ser de ayuda e incluso sanador ("healing"). El contacto con otros pacientes a veces puede disgustarte, pero a ese malestar debería seguir que cambies de perspectiva respecto tu situación y que aumentes tu confianza en tu capacidad para arreglártelas con tu enfermedad. Un buen grupo es uno en el sientes aceptación, que te da algo positivo para llevar a tu casa (inspiración o consejos prácticos), y que ofrece modelos para vivir tu enfermedad con éxito.
La CFIDS Association of America mantiene una lista por estados de grupos de ayuda de CFIDS en los Estados Unidos. Te mandarán gratis una lista de grupos en tu estado. (Los puedes contactar en el tlf 800/442-3437 o mandar tu petición por email a SupportGroups@cfids.org.) La Arthritis Foundation patrocina grupos de ayuda de fibromialgia en muchos lugares y ofrece en su web un directorio de sus grupos: http://www.arthritis.org/ . Otras listas de grupos de apoyo de fibromialgia, están en (www.Immunesupport.com/supportgroups/), la web de Immune Support y en la web de la National Fibromyalgia Association (http://www.fmaware.org/). También podrás encontrar grupos de ayuda en tu periódico local o localizarlos en los departamentos de educación del paciente en hospitales, clínicas y centros médicos.
Las clases de auto-ayuda para las personas con SFC y fibromialgia incluyen nuestro curso (course) en Internet y la Arthritis Foundation ofrece el curso en persona llamado Arthritis Self-Help. Este último incluye material para pacientes con fibromialgia.
Nota de la traductora: En España hay asociaciones en muchas ciudades para las personas con FM y/o SFC y una asociación con ámbito nacional (http://www.plataformafibromialgia.org/).
Ayuda profesional
La psicoterapia ayuda a algunas personas con SFC y fibromialgia. Un terapeuta empático puede proporcionar un nivel de confianza de cuidado y ofrecer el punto de vista de una persona ajena a tu situación. Si te interesa, busca uno/a especializado en trabajar con personas con enfermedades crónicas. Un grupo de ayuda local es a menudo una buena fuente de pistas. La terapia también puede ayudar a las parejas. Puede ofrecer un sitio donde se pueden abordar las tensiones creadas por el hecho de vivir con una enfermedad larga.
Referencias
Silver, Julie. "Chronic Pain in the Family," Fibromyalgia Aware: May 2005: 40-42.
Spiegel, David. Living Beyond Limits. New York: Times Books, 1993.
Starlanyl, Devin and Mary Ellen Copeland. Fibromyalgia & Chronic Myofascial Pain: A Survival Manual. Oakland: New Harbinger, 2001.
dilluns, 4 d’octubre del 2010
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